Sí, ya sé: no es la primera vez que lo intento, y en otras ocasiones lo he descartado ipso facto por aburrido y porque a los dos minutos estoy, invariablemente, echando el hígado por la boca. Tampoco es de esas actividades que exijan concentración y así desconecto de los problemas del día (gimnasia cerebral).
Y entonces, ¿por qué ahora me interesa? Primero, porque es gratis, cualidad que en otros momentos habría pasado más desapercibida. Segundo, porque tiene horario flexible, gran valor en mi vida en este momento.
Y tercero.... tercero, señores.... porque lo combino con las tecnologías que tanto me obsesionan.
Mi ipod registra tiempo, velocidad y recorrido, con música de fondo y mensajes de ánimo (esto último muy importante). Tengo descargado en mi calendario el entrenamiento correspondiente a cada día, y en el ordenador se generan gráficas y evolución. Si me propongo un objetivo se publica en Twitter.
En fin...
No sé lo que aguantaré, porque lo cierto es que ninguno de estos avances tecnológicos impide que corra como un pato asmático.
Pero el caso es que, aún boqueando, este temita empieza a adquirir perfiles obsesivos...reconozco los síntomas.
Yo también logré empezar gracias a mi "obsesión" por la tecnología! Fue fundamental poder registrar cualquier progreso, por más mínimo que fuera.
ResponderEliminarA ver si consigo retomarlo.
;-)